Madre Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable:
Nuestra Señora de Schoenstatt, Alemania (18 de octubre)
Nuestra Señora de Schoenstatt, Alemania (18 de octubre)
El Padre José Kentenich junto a un grupo de jóvenes se consagraron a la Virgen pidiéndole a María que se estableciera en el Santuario.
Y que desde allí distribuyera los abundantes dones y gracias que su Hijo Jesucristo le concede, a cambio ellos lo ofrecían sus oraciones y sus sacrificios, sus éxitos y sus fracasos.
Por lo tanto la devoción no surge de una Aparición de la Virgen dejando un mensaje, sino de una Alianza de Amor que se establece entre María y sus devotos, ante una pintura de origen italiano que es la que preside el Altar de cada Santuario en el mundo, y que nos recuerda que “EL SIERVO DE CRISTO NUNCA PERECERÁ”…
LA DEVOCIÓN
La devoción a la Madre Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt tiene su inicio en el Santuario original que está en Schoenstatt (que significa “lugar hermoso”), en un barrio del pueblo de Vallendar, próximo a Coblenza, a orillas del río Rhin en Alemania.
Su fundador fue el Padre José Kentenich (1885 – 1968) el 18 de octubre de 1914. Su nombre deriva del lugar donde surgió, el “Santuario Original”, una modesta capilla consagrada a la Santísima Virgen.
La alianza de amor con María es el centro de la espiritualidad de Schoenstatt. El P. Kentenich entiende la alianza de amor como una forma original de renovar el compromiso asumido en el bautismo, donde el cristiano se incorpora personalmente a la historia de salvación.
Schoenstatt es un lugar de gracias. Esto es lo esencial y constitutivo del Movimiento de Schoenstatt. Antes que ser un movimiento de ideas o una organización, es un lugar de gracias original. El corazón de Schoenstatt es la alianza con María en el santuario. Allí, María, la Madre y Reina Tres Veces Admirable, ha establecido su “taller” de educadora; allí acoge y transforma a sus hijos y desde allí los envía como apóstoles al mundo.
En el Santuario Original y en los aproximadamente 200 Santuarios Filiales, copia fiel del Santuario Original que se alza en Schoenstatt, que existen en los cinco continentes y mas de 90 países, se reciben especialmente las siguientes gracias: la gracia del cobijamiento en la certeza de que Dios nos ama, que nunca nos dejará, porque siempre está dispuesto a recibirnos como hijos pródigos; la gracia de la transformación interior que consiste que ese amor a María nos hace asemejarnos a Ella; la gracia del envío apostólico que es el anhelo que surge en el corazón del que ha sido bendecido por Dios de que otros reciban esa misma bendición.
Schoenstatt posee una espiritualidad original. Schoenstatt siente que los rasgos centrales de su espiritualidad responden a las exigencias de la época actual y a los caminos y derroteros trazados para la Iglesia en el Vaticano II, y ve en la realización del espíritu del Concilio una misión especial. La espiritualidad de Schoenstatt está marcada decisivamente por la fe en la conducción divina en la vida diaria.
Schoenstatt es un movimiento de renovación religioso – moral del mundo en Cristo. Es un movimiento apostólico de renovación. No es una comunidad vuelta hacia sí misma, sino que posee un marcado carácter misionero. Quiere despertar en sus miembros el impulso apostólico y educarlos para el compromiso en su medio y allí donde les sea posible actuar como fermento en la masa.
Schoenstatt es un movimiento de Iglesia. Schoenstatt es un movimiento nacido en el seno de la Iglesia y al servicio de ella. Por ser un movimiento profundamente mariano, Schoenstatt ha querido caracterizarse, como su fundador, por un marcado amor a la Iglesia, de la cual María es Madre y prototipo.
Es “Familia de familias”. Unidos por la alianza de amor con María, sus miembros se saben y se sienten entrelazados por los lazos de su amor maternal y llamados a ser hermanos. Por eso, más que definirse como una organización, Schoenstatt se define como una familia, célula viva de una Iglesia llamada a ser Familia de Dios.
La Familia de Schoenstatt cuenta con diversos tipos de comunidades de acuerdo a la forma y grado del compromiso apostólico comunitario y de formación de sus miembros. Sus tipos fundamentales son: los Institutos Seculares, las Federaciones apostólicas, las Ligas Apostólicas diocesanas y el Movimiento popular y de peregrinos. Todas las otras comunidades de Schoenstatt poseen una marcada organización diocesana, a disposición de la Iglesia local en los lugares donde está presente.
Los miembros del Movimiento trabajan en una gran cantidad de proyectos educativos, asistenciales, actividades en el campo de las misiones, la cultura y la política, particularmente en colaboración con otras comunidades religiosas e iniciativas de la Iglesia
PROMESAS Y EXIGENCIAS DE MARÍA
La alianza de amor de los “schoentianos” tiene promesas y exigencias de la Virgen María, ellas son:
Las 6 promesas de María que aparecen destacadas en el Acta de Fundación:
1) Me estableceré en esta Capillita
2) Distribuiré desde aquí abundantes dones y gracias
3) Atraeré hacia aquí los corazones jóvenes
4) Los educare
5) Haré de ellos instrumentos aptos
6) En la medida que se abandonen en mis manos, emprenderé con ellos un Movimiento de Renovación
Las 6 exigencias de María revelan en que consisten los derechos y deberes de este pacto mutuo:
1) Pruébenme por hechos que me aman realmente
2) Esta santificación es la que espero de ustedes
3) No sólo lo grande, sino precisamente lo más excelso ha de ser el objeto de nuestros esfuerzos intensificados
4) Fiel y fidelísimo cumplimiento del deber
5) Una intensa vida de oración
6) Tráiganme con frecuencia contribuciones al capital de gracias
LA VIRGEN PEREGRINA
El 10 de septiembre de 1950 en el Santuario Tabor de Santa María Brasil, Don Joao Pozzobon inicia la Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina de Schoenstatt que se va extendiendo primero a las familias, y luego a escuelas, cárceles, sanatorios y hospitales, lugares públicos de gobierno, etcétera, a partir de un traslado personal que hace Don Joao de la Imagen y de todos aquellos que de a poco se van adhiriendo a su Misión, encabezado por Ubaldo Pimentel.
El 29 de marzo de 1984 se internacionaliza la Campaña del Rosario gracias a la oración de Don Joao, la intervención del Padre Esteban Uriburu, y la inclusión de un matrimonio elegido por la Mater en base a su humildad entrega y caridad como son Ana y Guillermo Echeverria de Buenos Aires (Argentina), que con un grupo de jóvenes peregrinan hasta Santa Maria (Brasil) a buscar las primeras veinticinco imágenes para los Santuarios de América; a partir de allí el alud fue imparable y hoy casi todo el mundo está bendecido por este Campaña que cada día cuenta con mas adeptos, mas Santuarios y mas Ermitas para congregar a los fieles bajo el Manto Protector de María.
La Campaña se desarrolla a través de una Misionera que acepta su Envío Apostólico en alguna Celebración Eucarística de la Ermita o Santuario local, comprometiéndose a llevar la Imagen Peregrina durante un año, los mismos dos días de cada mes, a las familias de su manzana que hubieran aceptado o solicitado su recepción por el mismo lapso.
La Misionera se ofrece a enseñar a rezar el Rosario y hacerlo, si es aceptado, con la familia visitada; se interesa por el estado sanitario y necesidades de esta a fin de ver la posibilidad de aportar algún auxilio, aunque sea simplemente una palabra de aliento; invita a esas familias a participar del las Celebraciones del Movimiento, y en especial la Novena del Rosario a la Mater entre los días 9 y 17 de cada mes. Por su parte la Imagen Peregrina visita la casa de la Misionera todos los 17 y 18 a fin de que este día, cuando se celebra el aniversario mensual de la Mater, la lleve a la Celebración Eucarística para que recibir Gracias que después derramará en las familias vecinas.
Una anécdota de Don Joao nos cuenta que su Obispo le preguntó porque portaba esta Virgen “Alemana” que era casi una desconocida teniendo ya tantas imágenes reconocidas de María en Brasil, Don Joao le contestó que conocía unas setenta Advocaciones de María y que en el futuro podría haber setenta más, pero la única que lo conmovía y le promovía llevarla de casa en casa, rezar con quien lo aceptara e invitar a las familias que la reciban y se agrupen junto a Ella, era esta Imagen Peregrina de Nuestra Señora de Schoenstatt.
EL FUNDADOR: PADRE KENTENICH
Nació el 18 de noviembre de 1885 en Gymnich, cerca de Colonia (Alemania), por dificultades económica su madre debió trabajar fuera de su casa y el pequeño José creció con sus abuelos.
En su infancia estuvo dos veces en peligro de muerte. En la segunda de ellas, a los tres años,despertó del coma para decir “no voy a morir” y volvió a entrar en coma.
Debido a la pobreza su madre no pudo ocuparse personalmente de su educación, a los nueve años lo llevó al Orfanato de Oberhausen y frente a la Santísima Virgen se lo entregó en guarda, José hizo suya esta consagración y se entregó sin retaceos a María, que a partir de allí se le manifestó como Madre y Educadora además de Mediadora de Gracias y Bendiciones para su vida.
Fue ordenado sacerdote el 8 de julio de 1910. En octubre de 1912 fue designado Director Espiritual del seminario menor de los Palotinos en Schoenstatt, cerca del Rin, y en 1914 les propuso a los Seminaristas imitar la Consagración que Bartolo Longo había realizado en Pompeya ante la Virgen y que había concluido en el Santuario Mariano del lugar; el enigma planteado fue: “¿no podría suceder algo semejante también en Schoenstatt?”.
En la Capillita de San Miguel y con la ayuda de los estudiantes se preocupó en preparar el sito para que se estableciera la Virgen, y el 18 de octubre de 1914 en la plática diaria les comunicó su “secreta idea predilecta”; los estudiantes hicieron suya la idea del Director Espiritual y realizaron juntos la Alianza de Amor con la Santísima Virgen, lo que puso los fundamentos de su Obra: la Familia de Schenstatt. En los años que siguieron formó las comunidades sacerdotales y laicales que la componen, y a partir de 1926 fundó los diferentes Institutos Seculares de Schöenstatt, que siguieron las enseñanzas del Padre Kentenich con la guía: “NADA SIN TI NADA SIN NOSOTROS”.
Inesperadamente, en plena labor sacerdotal, lo llamó Dios a la Patria Eterna el 15 de septiembre de 1968, luego de celebrar la Santa Misa el día de la Fiesta de los Siete Dolores de la Virgen; falleció en la Sacristía de la Iglesia de la Adoración, Monte Schoenstatt, donde había celebrado su Primera Misa.
Todos los éxitos los atribuyó al poder de la Madre Reina y Victoriosa Tres Veces Admirable de Schoenstatt, y su gran anhelo era anunciar la grandeza de la Madre de Dios y formar nuevos hombres y comunidades, en los que resplandeciera la presencia y la imagen de María.
Las palabras “Dilexit Ecclesiam” (Amó a la Iglesia) que eligió como epitafio, son las que mejor resumen el sentir más profundo de quien fue Padre y Fundador de la Familia de Schönstatt.
DOS PRUEBAS DEL PADRE KENTENICH
El Padre José Kentenich sufrió dos grandes pruebas en su vida de Fundador. Primero el Nazismo, lo confinó tres años y medio en el campo de concentración de Dachau.
Fue detenido por la Gestapo en septiembre de 1941 y pudiendo evitar esa detención, la aceptó como Sacrificio en pro del Movimiento, fue enviado al campo de concentración de Dachau, donde permaneció hasta el 6 abril de 1945. Allí consolidó su Obra y le dio alcances internacionales.
La segunda gran prueba vino de parte de la misma Iglesia, a partir de 1949. El Santo Oficio lo separó de su Obra y lo relegó por catorce años a Milwaukee, en Estados Unidos. Esto no debe extrañarnos si consideramos la suerte de los fundadores a lo largo de la historia de la Iglesia. Son pruebas que Dios permite a fin de purificar la fe y la entrega de sus instrumentos y hacerlos fecundos en el orden de la gracia, que brota de la cruz.
La rehabilitación se produjo al término del Concilio Vaticano II, la nueva visión de la Iglesia permitió reconsiderar su caso y restituirlo a la Familia de Schoenstatt. En 1965, Pablo VI le otorga plena libertad y, más tarde, Juan Pablo II destaca su personalidad dentro de la Iglesia y avala plenamente su carisma como fundador del Movimiento de Schoenstatt.
No hay comentarios:
Publicar un comentario