SAN FELIPE APÓSTOL



Fallecimiento 80
Hierápolis, Turquía por crucifixión
Venerado en Iglesia católica, Iglesia ortodoxa, Iglesias ortodoxas orientales

Felipe Apóstol fue, según diversos textos neotestamentarios (Evangelios, Hechos de los Apóstoles), uno de los discípulos de Jesús de Nazaret, nacido en Betsaida (Galilea) (Juan 1:44), junto al Lago de Genesaret, y muerto según la tradición apostólica en Hierápolis (Turquía) o Cesarea de Filipo. En la Iglesia romana se celebra junto a su condiscípulo Santiago el Menor, el 11 de mayo que, tras la reforma litúrgica del rito romano, se pasó al 3 de dicho mes. En el rito bizantino y eslavo se celebra el 14 de noviembre.

Felipe estaba entre los que seguían a Juan el Bautista y contaba con él cuando Juan señaló por primera vez a Jesús como el Cordero de Dios. Al día siguiente de la llamada de Pedro, cuando estaba a punto de partir para Galilea, Jesús se encontró con Felipe y le llamó al apostolado con las palabras, “Sígueme”. Felipe fue el quinto apóstol llamado. Felipe obedeció la llamada, y poco después trajo a Natanael como nuevo discípulo (Juan 1:43-45). Antes de la multiplicación de los panes, habiéndole preguntado Jesús dónde adquirir pan para tanta gente, Felipe respondió: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco» (Juan 6:9), lo que puso de manifiesto el realismo de su personalidad.1 Su nombre en el Evangelio aparece en Mateo 10:2-4; Marcos 3:14-19; Lucas 6:13-16; Juan 1:43-45; Juan 6:5-7; Juan 12:21-23; Juan 14:8-9 y Hechos 1:13.

Al pertenecer al grupo de los doce apóstoles, va a predicar a Hierápolis (hoy en Turquía), en la cual habría muerto a edad avanzada, siendo sus restos enterrados allí. Según la tradición los restos fueron más tarde trasladados a Constantinopla y de allí a la iglesia de los Dodici Apostoli de Roma, existiendo en la actualidad dos tumbas de un mismo apóstol o bien de dos "Felipes" diferentes.
Estatua de San Felipe en la Archibasílica de San Juan de Letrán.

Con ocasión de la selección y envío de los doce apóstoles, Felipe está incluido entre los apóstoles propiamente dichos. Su nombre figura en el quinto lugar de las tres listas (Mateo 10:2-4; Marcos 3:14-19; Lucas 6:13-16) detrás de las dos parejas de hermanos, Pedro y Andrés, Santiago y Juan.

El Cuarto Evangelio registra tres episodios referentes a Felipe que ocurrieron durante la vida pública del Salvador:

-Antes de la milagrosa alimentación de la multitud, Cristo se vuelve a Felipe con la pregunta: “¿Cómo vamos a comprar pan para que coman estos?” a lo que responde el Apóstol: “Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco” (6, 5-7).


-Cuando algunos paganos en Jerusalén vienen a Felipe y le expresan su deseo de ver a Jesús, Felipe informa del hecho a Andrés y luego ambos llevan la noticia al Salvador (12, 21-23).
-Cuando Felipe, después de que Cristo hubiera hablado a sus Apóstoles de conocer y ver al Padre, le dijo: “ Señor, muéstranos al Padre y nos basta”, recibe la respuesta: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (14, 8-9).
Estos tres episodios nos proporcionan un esbozo consistente de la personalidad de Felipe como hombre algo tímido, de mente juiciosa. Ninguna característica adicional se da en los Evangelios canónicos ni en los Hechos de los Apóstoles, aunque se le menciona en esta última obra (1, 13) como perteneciente al grupo de los doce apóstoles.

La tradición del Siglo II referente a él es insegura, tanto más cuanto que se registra una tradición similar respecto a Felipe el Diácono y Felipe el Evangelista – un fenómeno que debe ser resultado de una confusión causada por la existencia de dos Felipes. En su carta a San Víctor, escrita hacia 189-98, el obispo Polícrates de Éfeso menciona entre las “grandes lumbreras”, a quienes el Señor buscará “el último día”, a “Felipe, uno de los Doce Apóstoles, que está enterrado en Hierópolis con sus dos hijas, que llegaron vírgenes a la vejez”, y una tercera hija, que “llevó una vida en el Espíritu Santo y descansa en Éfeso”. Por otro lado, según el Diálogo de Cayo, dirigido contra un montanista llamado Proclo, éste afirmó que “hubo cuatro profetisas, las hijas de Felipe, en Hierópolis en Asia donde aún está situada su tumba y la de su padre”. Los Hechos de los Apóstoles (Hechos 21:8-9) en realidad mencionan cuatro profetisas, las hijas del diácono y “Evangelista” Felipe, como viviendo entonces en Cesarea con su padre, y Eusebio, que da los extractos arriba citados (Hist. Eccl., III, xxxii), refiere a éste último la afirmación de Proclo.

La afirmación del obispo Polícrates tiene en sí misma más autoridad, pero es extraordinario que se mencione a tres hijas vírgenes del Apóstol Felipe (dos enterradas en Hierópolis), y que el diácono Felipe haya tenido también cuatro hijas, y que se diga que hayan sido enterradas en Hierópolis. Aquí también quizá debemos suponer que se haya producido una confusión entre los dos Felipes, aunque es difícil decidir cuál de los dos, el Apóstol o el diácono, fue enterrado en Hierópolis. Muchos historiadores modernos creen que fue el diácono; sin embargo, es posible que el Apóstol fuera enterrado allí y que el diácono también viviera y trabajara allí y fuera allí enterrado con tres de sus hijas y que estas fueran después erróneamente consideradas como hijas del Apóstol. Los apócrifos “Hechos de Felipe”, también se refieren a la muerte de Felipe en Hierópolis. La fiesta del Apóstol se celebra en la Iglesia Romana el 3 de mayo (junto con la de Santiago el Menor), y en la Iglesia Griega el 11 de diciembre.

Tumba
En 2011, un equipo de arqueólogos italianos dirigido por Francesco d'Adria afirmó haber descubierto en Pamukkale, antigua Hierápolis, la tumba del apóstol Felipe.





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