ORACIONES DE CONSAGRACIÓN:


CONSAGRACIÓN A JESÚS MISERICORDIOSO:
"¡Oh, Jesús Misericordioso!. Tu Bondad es infinita y los tesoros de Tu Gracia son inagotables. Me abandono a Tu Misericordia que sobrepuja todas Tus obras. Me consagro enteramente a Ti para vivir bajo los rayos de Tu Gracia y de Tu amor que brotaron de Tu Corazón traspasado en la Cruz. Quiero dar a conocer Tu Misericordia, por medio de las obras de misericordia corporales y espirituales, especialmente con los pecadores, consolando y asistiendo a los pobres afligidos y enfermos. Mas, Tú me protegerás como cosa tuya, pues todo lo temo de mi debilidad y todo lo espero de Tu Misericordia. Que toda la humanidad comprenda el abismo insondable de Tu Misericordia, a fin de que poniendo toda su esperanza en ella pueda ensalzarla por toda la Eternidad. Amén."




CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (Santa Margarita María Alacoque):
"Me entrego y consagro al Sagrado Corazón de Nuestro Señor JesuCristo, mi persona y vida, acciones, penas y sufrimientos para que utilice mi cuerpo solo para honrar, amar y glorificar al Sagrado Corazón. Este es mi propósito definitivo, único, ser todo de Él, y hacer todo por amor a Él, y al mismo tiempo renunciar con todo mi corazón a cualquier cosa que no le complace, además tomarte, Oh Sagrado Corazón, para que seas el único objeto de mi amor, el guardián de mi vida, mi seguro de salvación, el remedio para mis debilidades e inconstancias, la solución a los errores de mi vida y mi refugio seguro a la hora de la muerte. Sé pues, Oh Corazón de Bondad, mi intercesor ante Dios Padre, y líbrame de su sabia ira. Oh Corazón de amor, pongo toda mi confianza en ti, temo mis debilidades y fallas, pero tengo esperanza en tu Divinidad y Bondad. Quita de mí todo lo que está mal y todo lo que provoque que no haga tu santa voluntad, permite a tu amor puro a que se imprima en lo más profundo de mi corazón, para que yo no me olvide ni separe de ti. Que yo obtenga de tu amada bondad la gracia de tener mi nombre escrito en Tu corazón, para depositar en ti toda mi felicidad y gloria, vivir y morir en bondad tuya. Amén."



CONSAGRACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA:
"¡Oh Señora mía!. ¡Oh Madre mía!. Yo me ofrezco todo a Vos, y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón, en una palabra todo mi ser. Ya que soy todo vuestro, ¡Oh Madre de bondad!, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra. Amén."



ACTO DE CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA:
"Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra: Humildemente postrados ante tu altar, te entregamos y consagramos nuestro corazón y nuestra alma, prometiéndote servirte con toda fidelidad hasta la muerte. Dígnate, Inmaculada Virgen de la Medalla Milagrosa, aceptar benigna este ofrecimiento y alcánzanos de Jesús valor y gracia para cumplirlo. Míranos como cosa tuya para que, custodiados por tu maternal bondad, vivamos santamente, muramos en gracia de Dios y consigamos la eterna felicidad de la Gloria. Amén."


CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA:
"Oh María, Madre de Dios, os pido con humildad de corazón, que veas nuestro interior y nuestra angustia hoy...
Tus hijos, tus pequeñitos claman despacito, como verdaderos niños, que a través de Cristo, tu Hijo Divino, a través del Buen Dios, Nuestro Padre Creador, y a través del Supremo artífice de verdad, el Espíritu Santo, quienes como verdadero consuelo, en todo momento, nos han regalado como Supremo obsequio vuestro Corazón Inmaculado, consagremos, por vuestra divina intercesión, a Tu Preciosísimo Corazón Inmaculado, nuestro trabajo, nuestro hogar, nuestro corazón, nuestra querida y necesitada Argentina, que está hoy especialmente insidiada, y todo lo que el Buen Dios nos regaló, como manifestación de Su Amor, con ello todo lo dispuesto y creado por Dios, símbolo de total perfección.
Te pedimos, tus hijitos, nos regales el don de la Fe, una esperanza sin par, verdadera humildad y la perfecta caridad, inspirada en el seno mismo de la Santísima Trinidad, para ser liberados definitivamente de la iniquidad, mediante el triunfo definitivo de tu Inmaculado Corazón, fuente de toda redención.
Te pedimos además que nos enseñes a amar, y a vivir en la verdad, para alcanzar la patria celestial.
Amén."



CONSAGRACIÓN VIRGEN DE SAN NICOLÁS:

“¡Oh Madre! Quiero Consagrarme a Ti.
Virgen María hoy Consagro mi vida a Ti.
Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida,
para que me protejas, me guíes y me consueles.
Sé que en Ti mi alma encontrará reposo
y la angustia en mí no entrará,
mi derrota se convertirá en victoria,
mi fatiga en Ti fortaleza es. Amén”.




CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN:
"Virgen del Carmen, oh Madre mía, me consagro a Tí,
y confío en tus manos mi existencia entera.
Acepta mi pasado con todo lo que ha sido.
Acepta mi presente con todo lo que es.
Acepta mi futuro con todo lo que será.
Con esta total consagración
te confío cuanto tengo y cuanto soy,
todo lo que he recibido de tu Hijo Sacratísimo
y de tu Esposo Santísimo.

Te confío mi inteligencia, mi voluntad y mi corazón.
Pongo en tus manos mi libertad, mis ansias y
mis temores, mis esperanzas y mis deseos,
mis tristezas y mis alegrías.
Cuida de mi vida y todas mis acciones para que
sea más fiel al Señor Trino y Uno,
y con tu ayuda alcance la salvación.
Te confío, Oh gran Señora,
mi cuerpo y mis sentidos,
para que sean puros siempre
y me ayuden en el ejercicio de las virtudes.
Te confío mi alma, para Tú la preserves de
las tentaciones del mundo,
de la carne, y de Satanás.
Hazme participar de una santidad similar a la tuya;
vuélveme conforme a Jesucristo, ideal de mi vida.
Te confío mi entusiasmo y el ardor de mi devoción
para que me ayudes a no envejecer en la Fe.
Te confío mi capacidad y ganas de amar
como has amado Tú, y como Jesús quiere que se ame.
Te confío mis incertidumbres y mis angustias,
para que en tu Corazón encuentre seguridad,
sostén y luz en cada instante de mi vida.
Con esta consagración
me empeño en seguir tu vida
de humildad, mansedumbre, y pureza.
Acepto las renuncias y los sacrificios
que esta elección conlleva y te prometo
con la gracia de Dios y con tu ayuda
ser fiel al empeño tomado.
Oh, Madre de todos los hombres,
Soberana de mi vida y de mi conducta,
dispón de mí y de todo lo que me pertenece
para que camine siempre en el Evangelio
bajo tu guía, oh Estrella del Mar.
Oh Reina del Cielo y de la Tierra,
Madre Santísima del Redentor,
soy todo (a) tuyo (a), oh Virgen del Carmen,
y a Ti quiero unirme ahora y siempre
para adorar a Jesucristo, junto a los Ángeles
y a los Santos, ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén."









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