INTRODUCCIÓN:
POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ...
ACTO DE CONTRICIÓN: Señor Mío Jesucristo...Pésame...
POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ...
ACTO DE CONTRICIÓN: Señor Mío Jesucristo...Pésame...
ORACIÓN PREPARATORIA
"¡Oh Madre y clementísima Virgen del Rosario! Vos que plantasteis en la Iglesia, por medio de vuestro privilegiado hijo Domingo, el místico árbol del Santo Rosario, haced que abracemos todos tu santa devoción y gocemos su verdadero espíritu; de suerte que aquellas místicas rosas sean en nuestros labios y corazón, por los pecadores medicina y por los justos aumento de gracia. Amén."
Consideración del día
Pedir aquí con confianza la gracia que se desea obtener con esta novena.
ORACIONES FINALES
Rezar tres Avemarías y Glorias en reverencia a las tres prerrogativas de la Santísima Virgen:
Hija de Dios Padre,
Madre de Dios Hijo y
Esposa de Dios Espíritu Santo.
¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que podéis presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien empeñad una y otra en favor nuestro. Conseguidnos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de vuestro Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.
PRIMER DÍA
"Dios te salve". ¡Cuanto mi alma se alegra, amadísima Virgen, con los dulces recuerdos que en mi despierta esta salutación! Se llena de gozo mi corazón al decir el "Ave María", para acompañar el gozo que llenó Vuestro espíritu al escuchar de boca del Ángel, alegrándome de la elección que de Vos hizo el Omnipotente para darnos el Señor. Amén.
Concluir con las oraciones finales.
SEGUNDO DÍA
¡"María" nombre santo! Dignaos, amabilísima Madre, sellar con vuestro nombre el memorial de las súplicas nuestras, dándonos el consuelo de que lo atienda benignamente vuestro Hijo Jesús, para que alcancemos aburrimiento grande a todas las vanidades del mundo, firme afición a la virtud, y ansias continuas de nuestra eterna salvación. Amén.
Concluir con las oraciones finales.
TERCER DÍA
"Llena eres de gracia". ¡Dulce Madre! Dios os salve, María, sagrario riquísimo en que descansó corporalmente la plenitud de la Divinidad: a vuestros pies se presenta desnuda mi pobre alma, pidiendo la gracia y amor de Dios, con el que fuisteis enriquecida, haciéndote llena de virtud, llena de santidad, y llena de gracia. Amén.
Concluir con las oraciones finales.
CUARTO DÍA
"El Señor es contigo". ¡Oh, Santísima Virgen! Aquel inmenso Señor, que por su esencia se halla con todas las cosas, está en Vos y con Vos por modo muy superior. Madre mía venga por Vos a nosotros. Pero ¿como ha de venir a un corazón de tan poca limpieza, aquel Señor, que para hacernos habitación suya, quiso con tal prodigio, que no se perdiese, siendo Madre vuestra virginidad? ¡Oh! muera en nosotros toda impureza para que habite en nuestra alma el Señor. Amén.
Concluir con las oraciones finales.
QUINTO DÍA
"Bendita Tu eres entre todas las mujeres" Vos sois la gloria de Jerusalén: Vos la alegría de Israel: Vos el honor del pueblo santo de Dios. Obtenga por vuestra intercesión nuestro espíritu la más viva fe, para considerar y adorar con vuestro santo Rosario las misericordias que en Vos y por Vos hizo el Hijo de Dios. Amén.
Concluir con las oraciones finales.
SEXTO DÍA
"Bendito es el fruto de tu vientre Jesús". Lloro, oh Madre mía, que haya yo hecho tantos pecados, sabiendo que ellos hicieron morir en cruz a vuestro Hijo. Sea el fruto de mi oración, que no termine nunca de llorarlos, hasta poder bendecir eternamente aquel purísimo fruto de vuestro vientre. Amén.
Concluir con las oraciones finales.
SÉPTIMO DÍA
"Santa María, Madre de Dios". No permitáis se pierda mi alma comprada con el inestimable precio de la sangre de Jesús. Dadme un corazón digno de Vos, para que amando el recogimiento, sean mis delicias obsequiaros con el santo Rosario, adorando con él a vuestro Hijo, por lo mucho que hizo para nuestra redención, y por lo que os ensalzó, haciéndote Madre suya. Amén.
Concluir con las oraciones finales.
OCTAVO DÍA
"Ruega por nosotros pecadores". ¡Madre de piedad! A Vos solo dijo aquel Rey soberano de la gloria: Vos sois mi Madre. Alcanzadme humildad y plena confianza, dispuesto de este modo, con el auxilio de Dios, a recibir los favores de la Divina misericordia, por los méritos de vuestro Hijo y Redentor nuestro. Amén.
Concluir con las oraciones finales.
NOVENO DÍA
"Ahora, y en la hora de nuestra muerte", estamos siempre expuestos a perder la gracia de Dios. Haced que no se aparte de mi memoria al último momento de la vida, que habrá de ser decisivo de mi eterna suerte. ¡Oh Madre de piedad! concededme el consuelo de morir bajo la vuestra protección y en el amor de mi Jesús. Amén.
Concluir con las oraciones finales.
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